sábado, 30 de junio de 2007

Si las (primeras) piedras hablaran

Pasado un mes largo de la campaña electoral, las cosas han vuelto a la calma, a la parsimonia incluso, o tal vez, a la apatía. Las promesas electorales se verá en su momento en qué quedan. Otra cosa son las promesas "pret a porter", las hechas a la medida para vender y llevar; las de efecto inmediato para arañar votos de incautos. Entre esas, se encuentran las de las primeras piedras. Don Jesús viejo nos plantó una primera piedra (con foto, claro) del futuro parque de ocio del "Real de la Feria". Pásense a ver cómo van las obras. Y si no ven a nadie, no piensen que los obreros están en la hora del bocadillo; o que han robado las máquinas; no, es simplemente que les han engañado. Luego, vayan a la iglesia. La jerarquía provincial del PP inauguró el inicio de las obras en plena campaña. Si llegan y ven gente sentada en los bancos, tampoco son los obreros, que son los feligreses rezando el rosario. Así pues, dejen de pensar que poner la primera piedra significa que a continuación los obreros empiezan a poner todas las demás. Bueno, mejor, sigan pensándolo, porque es lo que piensa cualquier ciudadano de bien.
Los humanos somos animales de costumbres; y las costumbres las convertimos en leyes. Nuestros políticos se han tomado por costumbre engañar al pueblo en campaña electoral. Y el pueblo, resignado, aguanta el engaño. ¡qué se va a hacer, es la costumbre! Pero alguna vez habrá que decir a a nuestros gobernantes que engañar a los vecinos es una cosa muy fea. ¡Señores políticos, esas cosas no se hacen! ¡Respeten a sus vecinos; no les tomen el pelo... ni en campaña ni nunca!
Causa desolación ver esos flamantes paneles informativos de las obras, con su presupuesto, con su arquitecto y todo lo demás y aquello abandonado esperando su momento. Resultará curioso, cuando empiecen las obras de verdad, ver que no acude ningún político, aferrados ya todos a su sartén concejil. ¿ Y la pobre primera piedra del Real de la Feria qué pensará, abandonada a su suerte, bajo tierra? "¡Ah, pero esto era un entierro!"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hombre, un poco de tranquilidad. Ya sabemos que las ganas van por delante de los hechos. Si acaso, sólo se les puede achacar un poco de precipitación, motivada por el ansia de agradar a los vecinos en campaña. Pero todo se terminará haciendo